El día en que el comediante y empresario Robert Nava sorteó a través de sus redes un Lamborghini, aquello fue una auténtica locura que marcó un antes y un después en su carrera. La gente participó con pequeñas participaciones, y el premio para el ganador fue un auto de $300.000 dólares.
Las rifas empezaron debido a su afición por los carros. Siempre los modificaba, les pintaba los rines y todo tipo de detalles. Uno de sus autos, el Lamborghini, era muy deseado por sus seguidores, por lo que decidió rifarlo en Instagram. Entonces, el mundo virtual lo bendijo como el Rey de las Rifas. Y aunque ha continuado sorteando, incluso prevé hacerlo con casas, su trabajo va mucho más allá. Todas las personas que adquieren productos de su marca, automáticamente entran en los sorteos.
Nava se mueve como pez en el agua en la realización de shows y stand-up comedy, que han sido sold out en Miami. Ha actuado en las películas “Los Roommates” y “Martes de Bendecida”, se destacó como futbolista profesional, compone canciones y se dedica en cuerpo y alma a su familia.
“Siempre he creído en mí. Por eso, quiero inspirar a los demás y decirles que sí se puede. Llegué a Estados Unidos y dormí en un colchón en el piso. Después de trabajar mucho, lo logré, gracias a Dios”, afirma Robert Nava.
El comediante y empresario comenzó en las redes sin tener siquiera un teléfono.
“Mis amigos me prestaban sus teléfonos, para grabar y crear contenido. Me di cuenta de que me estaba haciendo viral, porque la gente me pedía fotos en la calle, pero no tenía celular para verlo. Cuando pude conseguir uno, ya tenía 100 mil seguidores en las redes. Es ‘Una cosha e locos’, como dice mi canción”, recuerda Nava.
Su gran instinto le permite mostrarse tal como es, y no planificar demasiado su progreso en las redes: “Soy muy improvisado. Lo que me nace del corazón, lo hago”.